Sodio

Descripción y características

El sodio es un elemento químico esencial para la vida, su símbolo es Na, proveniente del latín natrium con número atómico 11. El cuerpo humano posee unos 100 gramos de sodio, repartidos en diversos fluidos tales como la sangre, el sudor, las lágrimas, etc. Descubierto por Sir Humphry Davy, el sodio es un metal alcalino blando, de color plateado y abundante en la naturaleza, el cual se oxida fácilmente ante la presencia de oxígeno y con reacciones violentas al contacto con el agua.

La cantidad de sodio en la corteza terrestre se calcula en un 2,6%, lo que no solo lo convierte en el cuarto elemento químico más abundante en la tierra, sino también en el más abundante de los metales alcalinos. El sodio en el organismo es absorbido por el intestino delgado, de donde se dirige a los riñones para ser filtrado y regresar a la sangre con el fin de mantener los niveles normales. Se considera que el organismo absorbe el sodio casi en su totalidad, y el 95% de pérdida se genera a través de la orina, mientras que la cantidad restante por medio del sudor y las heces.

Funciones y Usos

El sodio es un mineral que influye activamente en la regulación del ácido-básico y la absorción de los aminoácidos y el azúcar. Se le considera un buen activador de enzimas y desempeña una importante labor en la excitabilidad y las contracciones musculares.

Junto al potasio y el cloro, el sodio mantiene los niveles adecuados del pH, la distribución de los fluidos, funciones nerviosas y contracciones musculares. Es un mineral esencial para el metabolismo y absorción de nutrientes por parte de las células, también ayuda en la transmisión de impulsos nerviosos a los músculos. El sodio es utilizado en tratamientos para aquellas personas que sufren de tensión baja, también es recomendable para enfermedades digestivas que ocasionan vómitos o diarreas y se sufre de alguna clase de deshidratación por exceso de esfuerzos y transpiración.

Deficiencia y Exceso

El cuerpo se encarga de eliminar o conservar las cantidades precisas de agua con el fin de mantener los niveles correctos de este mineral en la sangre. Las deficiencias de sodio se manifiestan por medio de pérdidas de agua, mientras que los excesos por la retención de fluidos. Algunas deficiencias de sodio pueden presentar síntomas a nivel extracelular, como lo son el caso de ojos hundidos, piel arrugada o seca, taquicardia e incluso baja presión sanguínea o hipotensión. La deshidratación de las células también presenta síntomas como la fatiga, debilidad, dolor muscular, calambres, trastornos nerviosos, vértigo y nauseas.

A la deficiencia de este mineral se le conoce como Hiponatremia, la cual se da cuando la concentración de sodio en plasma es menor a 135 meq/L la cual es común por el uso excesivo de diuréticos, pérdida de solutos en la orina o enfermedades renales que aumentan la pérdida de líquidos.

La hipernatremia es el exceso de concentración de sodio en plasma, el cual supera los 145 meq/L, la cual puede manifestarse con sed abundante y aumento en la orina, sudoración y diarrea. Los casos más graves de esta enfermedad suelen darse cuando los niveles superan los 160 meq/L., presentando síntomas como alteraciones del ritmo cardíaco, convulsiones y posible coma..

Respecto al exceso de este mineral, existen dos patologías del sodio importantes a tener en cuenta. En el primero de los casos, es preciso tener en cuenta que algunas enfermedades generan aumento de los líquidos celulares, ocasionando inflamaciones, cirrosis hepática, insuficiencia cardíaca o problemas renales.

La segunda es la hipertensión arterial, en donde la sal, la cual contiene grandes cantidades de sodio, desempeña un papel importante. Es recomendable restringir el sodio a personas con hipertensión o con ascendientes que posean la enfermedad, pacientes con deficiencias renales o mayores de 50 años. Algunos nutricionistas indican que es prudente controlar su uso en la dieta cuando se trata de personas con problemas o insuficiencias cardíacas, por lo que afirman que una cucharadita de sal diaria (6 gramos) es una cantidad razonable. También se recomienda evitar el consumo de alimentos con altos contenidos de glutamato monosodico (GMS).

Fuentes Naturales de Sodio

El sodio es un mineral presente en casi todos los alimentos, por lo que el cloruro de sodio, más conocido como la sal de cocina, es la fuente más representativa. La cantidad de sodio en los alimentos varía dependiendo de la fuente. Los alimentos con mayores cantidades de este mineral son la leche, el apio, la remolacha, verduras envasadas, carnes procesadas, tocino, jamón, etc.

Otros son la acelga, la calabaza, la espinaca, el nabo y la oliva.

Consumo diario mínimo recomendado

(EMDR) 500 mg.


Los consejos, descripciones y tratamientos aquí expuestos se suministran sólo como información, deberá tomarlos bajo su exclusiva responsabilidad y no deben sustituir nunca el consejo y tratamiento médico adecuado.

Fuentes

Bibliografía

  • Adolfo Perez Agusti, 2013, Las 200 Plantas Medicinales más eficaces, CreateSpace Independent Publishing Platform, ISBN 9781492130840.
  • Roberto Chiej, 2000, Guía de plantas medicinales, Grijalbo, ISBN 9788425333781.
  • Botiquín de hierbas medicinales, 2018, Botiquín de hierbas medicinales, Editorial Sirio, ISBN 9788417399016.
  • Anne McIntyre, Alejandro Pareja Rodríguez, 2014, El Tutor de las Plantas Medicinales, Gaia Ediciones, ISBN 9788484455196.
  • Hwee-ling Koh, Chay-hoon Tan, Tung-kian Chua, 2009, A Guide to Medicinal Plants: An Illustrated, Scientific and Medicinal Approach, World Scientific Publishing Co., ISBN 9789812837097.